En caso de sospecha de evasión fiscal, se inicia un procedimiento penal fiscal. Al final pueden imponerse multas pecuniarias y penas de prisión. Por lo tanto, es altamente recomendable contar con representación legal.
Existen varios desencadenantes para iniciar un procedimiento penal fiscal. Por ejemplo, los resultados de una auditoría pueden alertar a las autoridades fiscales, o también información de un CD de impuestos comprado o datos financieros que se intercambian automáticamente entre más de 100 países.
En primer lugar, se trata de una sospecha inicial y la fiscalía investiga si hay pruebas suficientes para presentar una acusación. El objetivo de la defensa debería ser primero lograr el archivo del procedimiento penal fiscal, afirma el abogado Michael Rainer, MTR Rechtsanwälte. El procedimiento puede archivarse por diversas razones.
Al inicio del procedimiento, la fiscalía investiga si hay pruebas suficientes para presentar una acusación. Esto puede incluir registros o interrogatorios. En estas situaciones, los acusados no deben hacer declaraciones precipitadas, sino coordinar sus declaraciones con su abogado o hacer uso de su derecho a guardar silencio. Al mismo tiempo, en esta fase de investigación, la sospecha también podría ser debilitada, de modo que el procedimiento penal fiscal se archive según el § 170 Abs. 2 StPO por falta de sospecha suficiente. Esto significa que no hay suficientes pruebas para presentar una acusación, que ya ha prescrito o que se ha presentado una denuncia voluntaria efectiva.
También se puede intentar lograr la suspensión del procedimiento penal fiscal por insignificancia según el § 153 StPO y § 398 de la Abgabenordnung (AO). En este caso, aunque existe una sospecha suficiente, el delito es menor, por lo que el procedimiento puede suspenderse. También es posible suspender el procedimiento bajo ciertas condiciones. Para ello es necesario que la culpa del acusado sea considerada leve y que el tribunal y el acusado acuerden la suspensión del procedimiento a cambio del pago de una condición. Si la cantidad defraudada es de hasta 10,000 euros, todavía se puede considerar una culpa leve.
Si no se puede evitar un proceso penal, se requiere una estrategia de defensa individual y bien coordinada para refutar las acusaciones o al menos lograr una pena leve.
Los abogados experimentados en derecho penal fiscal pueden asesorar.